- Otra cifuentada: la Asamblea de Madrid aprueba la muerte digna… para no llamarle eutanasia.
- El paciente, o sus familiares, deben decidir si se le aplican cuidados paliativos.
- Y la consciencia, es decir, la libertad, es lo último que un enfermo debe perder.
- Lo único que no puede pedir un paciente al médico es que le mate.
- El asunto estriba en aplicar las sedaciones para evitar los dolores finales aunque se reduzcan las defensas, no para matar más y más rápido.
- Y la diferencia entre lo uno y lo otro es perfectamente mensurable y catalogable.
Doña
Cristina Cifuentes, presidenta de la Comunidad de Madrid por el PP, no pierde ripio: un tópico progre detrás de otro. Es como el "caca-culo-pedo-pis", de los niños malhablados sólo que en forma de
aborto-gaymonio-enseñanza teledirigida-eutanasia.
Tras intentar enchironar al director del colegio
Juan Pablo II y ahora a los de
Hazte Oír, doña Cristina, con todo el apoyo de la cámara (
PSOE, Podemos y Ciudadanos, que todos son lo mismo), ha aprobado una norma sobre "muerte digna", que es como los eutanásicos han llamado siempre a la
eutanasia.
Se trata de una norma tramposa. No es exactamente eutanasia como tal el texto legal pero se le parece mucho, demasiado, en la práctica.
Dos apuntes:
1.- Se crea un Comité de Ética Asistencial (¡ay madre!) que dirimirá posibles conflictos entre los familiares
y las autoridades sanitarias o administrativas. Oiga, aquí no hay conflicto alguno: el que manda es el paciente,
si ya no tiene consciencia sus familiares. Ni los médicos ni las autoridades sanitarias. Por ejemplo, doña Cristina Cifuentes.
2.- Lo único que no puede hacer el paciente es forzar al médico a que le mate. En la norma también se "reconoce el derecho" de la paciente a dar instrucciones. Y
eso puede ser un problema. La ética no consiste en decidir quién debe decidir, sino en decidir lo que está bien y lo que está mal.
Y todo esto no dejan de ser quisicosas. Porque a la hora de la verdad, el asunto estriba en
aplicar las sedaciones para evitar los dolores finales aunque se reduzcan las defensas, no para matar más y más rápido. Y la diferencia entre lo uno y lo otro es perfectamente mensurable y catalogable.
Y esto,
siempre con permiso del paciente y siempre intentado que lo último que pierda el paciente sea la inconsciencia, precisamente para que pueda seguir siendo libre y decidir por sí mismo… cuanto más tiempo mejor.
Por cierto, ¿
por qué las leyes del aborto son crueles y bestiales mientras que en las de eutanasia, como dirían un castizo- se la atan con papel de fumar? Pues, como en el viejo chiste del político que visita una escuela y una cárcel, porque ningún político va a volver al seno materno, pero todos ellos se van a morir.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com