• La exhortación postsinodal no cambia la doctrina: sólo faltaba.
  • Con la falta de vibración eucarística de tantos sacerdotes y hasta obispos, ¿de verdad cree alguien que muchos miserables no van a aprovechar la vía abierta?
Decíamos ayer… que, según los Dictados de Jesús a Marga, la gran tribulación comenzaría con las "ambiguas conclusiones del Sínodo de Obispos". Hombre, si no fueran ambiguas, no tendría una interpretación tan enfrentada en el seno de la propia Iglesia. Y si la familia hubiera sido la clave de del Sínodo de la Familia, no estarían todos los medios titulando que el Papa Francisco ha abierto la puerta a los divorciados y arrejuntados. Cosa, que, por cierto, no ha hecho, lo que ocurre es que se ha creado la confusión necesaria para que lo parezca. En plata, el Papa Francisco no ha hecho sino repetir la doctrina de la Iglesia sobre la eucaristía -que no sobre la familia-. Traducido al cristiano -perdón, al castellano-: la condición necesaria para comulgar es estar libre de pecado mortal. ¿Todo divorciado está en pecado mortal? No tengo ni la menor idea. Pero lo que sé es convivir con una mujer que no es la tuya es pecado grave. Y Francisco no ha cambiado nada de eso. Al al contrario, ha ratificado la doctrina. Ahora bien, aludía servidor al confuso, ambiguo y rocambolesco, capítulo VIII de la exhortación postsinodal, que temo necesita apuntes a pie de página. ¿Deja claro que no se puede comulgar sino es en estado de gracias santificante? Sí, lo deja claro sólo que… "la simple convivencia a menudo se elige a causa de la mentalidad general contraria a las instituciones y a los compromisos definitivos". Eso, desgraciadamente, es un buen resumen de lo que podríamos llamar el estado actual de la cuestión pero entonces, a lo mejor es que lo que hay que hacer es justamente lo contrario: promocionar el compromiso y la entrega al otro. Otra cita para la confusión: "Juan Pablo II proponía la llamada 'ley de gradualidad' con la conciencia de que el ser humano 'conoce, ama y realiza el bien moral según diversas etapas de crecimiento'". Hombre, y yo juraría que San JP II no estaba pensando en los matrimonios a prueba cuando hablaba de gradualidad en el compromiso con Cristo. Al final, lo que hay que destacar es esto, también sacada de libro de Dictados de Jesús a Marga pero que hago mía con entusiasmo: "La caridad con el profanador no es permitirle la profanación, sino impedírsela". A mí me queda claro que este artículo VIII no es la obra del Papa Francisco sino del secuestro del mensaje de un Papa deseoso de atraer a todos, como es su obligación, de un corazón abierto del que se están aprovechando algunos que, por decirlo a lo Jaime Campmany, son "un poquito cabrones". Mañana más. Eulogio López eulogio@hispanidad.com