Ya hemos contado en Hispanidad la guerra de los editores españoles contra Google, provocada por la censura del monopolio de internet tras el 4 de diciembre. Y también hemos contado que, desgraciadamente, dos patronales mediáticas españolas, la de los tradicionales y la de los digitales, hacen, cada una, la guerra por su cuenta.
Los grandes multimedia no se han atrevido casi nunca a levantar la mano frente a Google-Facebook porque, a pesar de que les parasita, les roba y, encima, les censura. Es lo que se llama síndrome de Estocolmo y así, Google España se permite el lujo de amenazar a gobierno y editores y asegurar que él es el que ordena la información en internet. Muy cierto, es el buscador quien ordena y quien rentabiliza, a costa de los que producen la información… porque ni Google ni las redes sociales producen información periodística alguna.
Y encima, ahora más endiosados que nunca, se vuelven censores de lo políticamente incorrecto, al servicio del Nuevo Orden Mundial (NOM) anticristiano.
Al fondo, lo primero es darse cuenta de que se puede vivir sin Google. El buscador se cree imprescindible pero eso depende, no de él, sino de sus usuarios.
Pues bien, ahora la prensa española inicia, muy tímidamente, su rebelión frente al esclavista Google. El director general de Vocento, Jesús Carrera, asegura que “con Google nos jugamos la independencia de los medios”. No, don Jesús: lo que se juega es su misma existencia, el ser o no ser.