Me envían muchos vídeos sobre la actual situación del oligopolio periodístico. Cuando los multimedia se hayan en quiebra técnica, cuando las televisiones sobreviven gracias al oligopolio de hecho que representan el “duopolio Mediaset-Atresmedia”, es cuando más apunta, sobre todo la izquierda socialista y los podemitas, acusando a los medios de estar sometidos a la derecha política o a bancos y empresas.
Pues no es verdad. La prensa española no es de izquierdas. El problema de la prensa española actual no es que sean rojos o azules: es que todos son progres, son lo mismo.
Por lo demás, los accionistas de un medio informativo no lo dicen todo sobre su ideario, los anunciantes menos. Sobre todo porque el principal enemigo actual de la libertad de prensa es que tanto los medios de izquierdas como de los derechas se han vuelto políticamente correctos, progres, y sin apenas distinción de ideario.
De hecho, lo único que no tiene cabida en la prensa española actual es el cristianismo, si lo prefieren, la cosmovisión cristiana de la existencia. Y eso es un problema, porque aún hoy, en el siglo, XXI, a pesar de la abjuración general, Europa no puede ser otra cosa que cristiana. Los renegados, inmensa mayoría, se niegan a sí mismos cada vez que niegan a Cristo. Este es el drama de los periodistas: su cobardía para no romper con lo políticamente correcto.