- A todos los partidos les interesaba su desaparición.
- Y a algunos bancos y empresas también.
- Pues todo indica que se lo han cargado la totalidad de los partidos políticos con el apoyo de bancos y empresas.
- La verdad que Rosa Díez es lo suficientemente soberbia y ególatra como para sacar de quicio a todo el mundo.
Ciudadanos ha sustituido a UPyD como partido jacobino, progre, laicista, de supuestos centralistas y capitalistas, sea de Estado o de mercado. Es decir, que don
Albert Rivera está feliz de que UPyD haya caído.
Pero el regocijo alcanza a muchos otros. Verbigracia, al PP y al PSOE, sobre todo el primero, porque le había arrebatado muchos votos, quizás demasiados.
Al tiempo,
Rosa Díez, no más ególatra que Pedro Sánchez o que Pablo Iglesias judicializó la política, que es algo tan malo como politizar la justicia. Además de denunciar lo que no le gustaba en el Parlamento, se iba a los tribunales, hasta que no pudo sufragar el coste jurídico de su demanda. Por eso no le gustaba a los poderes económicos, bancos y empresas, que debían pelear con ella vía tribunales de justicia.
Por último,
el partido fue dinamitado desde dentro. UPyD era un conjunto de aprovechados que querían cobrar mucho y convertirse en el centro de atención. Ejemplo:
Irene Lozano, que se pasó al PSOE en cuanto vio que en UPD no podría seguir cobrando su sueldo de diputada y su fama, honra y prez de parlamentaria. Otro ejemplo,
Toni Cantó, que también emigró, esta vez hacia Ciudadanos.
La verdad que
Rosa Díez es lo suficientemente soberbia y ególatra como para sacar de quicio a todo el mundo. Pero tampoco es para laminarla.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com