Los datos son éstos: a 31 de diciembre, España debía un billón de euros, el 97% del PIB y siete puntos más que un año antes. Récord histórico de apalancamiento, de endeudamiento y esperemos que no de morosidad. El ministro Luis de Guindos puede alegar que una cosa es el endeudamiento y otra la posibilidades de financiar ese endeudamiento pero eso no dejan de ser sutilezas de sofista. El caso es que lo debemos y tendremos que pagarlo. Punto y final.
Deber tanto como se produce es un desastre, por mucho que bajen los tipos. Significa que el mundo, no sólo España, está abocado a un jubileo -perdón de deudas-, lo que no parece muy probable, o a una tiranía. Sí, tiranía, dado que los políticos siguen emitiendo deuda y eso corroe la propiedad privada -todos estamos endeudados- y con ello la libertad individual. El Estado sigue creciendo y se hace ingobernable, además de ser cómplice de los mercados financieros. Si los mercados financieros le presionan el Estado, supuesto fruto de la democracia, tiene que ceder.
Yo lo dijo George Soros, últimamente muy presente en España para desgracia de los españoles: "Son los mercados los que tienen auténtico sentido de Estado". Pero no olviden que Soros es un especulador, de los que quiere dominar el poder no por ser el más votado sino por ser el más rico.
En cualquier caso, no sólo España, sino toda la economía mundial, vive al borde de un abismo llamado deuda pública. Conviene recordarlo de vez en cuando.
Eulogio López
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