- El Partido Popular es derecha progre, más bien derecha pagana.
- Y el PSOE se ha convertido en el partido de los contravalores: lo bueno es malo y lo malo es bueno.
- El problema es que nada puede hacernos reaccionar ya salvo las catástrofes.
Rajoy reúne a sus ministros y a sus notables en Toledo y les echa una bronca para mantener la unidad.
Ahora bien, unidad ¿respecto a qué? Ha sido Rajoy, no otro, el hombre que ha traicionado sus valores. Por ejemplo, es el hombre que ha estafado a sus votantes al presentarse como un defensor de la vida humana, el derecho sin el cual no existe ningún otro derecho y luego ha hecho una reforma del aborto que no reforma nada, una cobardía pestilente muy propia del actual inquilino de la Moncloa, de suyo bastante cobarde. Y como ese se podrán poner otros muchos ejemplos. El Partido Popular es derecha progre, más bien derecha pagana.
Por su lado, Pedro Sánchez, una pequeña catástrofe en el horizonte, un indocumentado de ambición adolescente, no es un traidor sino algo peor: ha caído en la esquema de pensamiento habitual del siglo XXI, que no es otro que la blasfemia con el Espíritu Santo. Ya saben aquello que no se perdonará en en este mundo ni en el otro y que consiste en llamar bueno a lo malo y malo a lo bueno.
Nuestro pequeño ignorante,
Pedrito Sánchez Maravillas, ha seguido la estela de sus mayores de la izquierda progre y como ya nos arrastramos por el suelo, se le ha ocurrido lo único que no tocó Zapatero: la eutanasia. Y a eso le llaman valores.
El
problema es que nada puede hacernos reaccionar ya salvo las catástrofes. Y aún así, tendemos a interpretar las pequeñas catástrofes y atribuirlas a una razón, a una causa, distinta a la verdadera. El problema es que esta pequeña catástrofe de corruptelas son las que nos llevan, como por un plano inclinado, hacia la gran catástrofe, que llegará si no rectificamos a tiempo.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com