• La policía migratoria española es buena.
  • Pero ante la tragedia, lo urgente debe primar sobre lo importante.
  • Los refugiados se mueren en la miseria mientras Europa, y España, acogen con cuentagotas.
No llegan a 1.000 los refugiados acogidos por España y antes del otoño deben haber alcanzado los 18.000 comprometidos. Encima, alguno ha desaparecido y se teme que aumenten los controles (lógico, si se sospecha de  yihadistas camuflados) y se ralentice la entrada. Aunque también podría ser que refugiados no fanáticos se fanatizaran contra Occidente por el duro tratamiento que les ofrecemos. Repitamos: la política de España respecto a la inmigración es buena. Aunque el principio primero es el de las fronteras abiertas, lo cierto es que la mejor inmigración es la que no existe y la mejor política migratoria consiste en ayudar al menesteroso en su país de origen para que pueda desarrollar su vida con los suyos, en su entorno. Ahora bien, lo urgente debe privar sobre lo importante, y si alguien se muere de miseria a su puerta algo habrá que hacer para ayudarle. Porque a veces, lo "urgente debe primar sobre lo importante". Mientras tanto, tenemos la desesperante, insufrible, lentitud de Mariano Rajoy. Eulogio López eulogio@hispanidad.com