Uno comprende los fallos judiciales a favor de los repartidores, los conocidos como bicicleteros, ‘riders’, etc. Les veo por la calle y me parece que son los nuevos esclavos, horas pedaleando por un sueldo que no da para hacerse millonario. Y es que las plataforma pueden ser muy digitales pero al final se necesita alguien, mayormente presencial, para la última milla, y esa actividad no resulta fácil, al menos por el momento, cubrirla con drones.
Por lo general, se ha ido creando una jurisprudencia, lógica, que concluye que los repartidores no son autónomos, sino trabajadores por cuenta ajena y que, por tanto, deben ser contratados por las empresas y que estas paguen su seguridad social.
Ahora bien, para igualar la cuenta propista con asalariados se puede hacer de dos formas: o que los unos se conviertan en los otros o que los otros se conviertan en los unos. Yo apuesto justo por lo contrario por lo que apuestan los tribunales: que los asalariados se convierten en autónomos, no al revés.
Me explico: si algo desanima la creación de empleo son la cuotas. Por tanto, lo que habría que hacer no es suprimir los autónomos sino suprimir la cuotas ¿Y cómo se financiarían las pensiones? Con IVA.
Porque si no, seguirá habiendo bicicleteros explotados y seguirá habiendo un paro inasumible
La única respuesta frente al paro se llama cuenta-propismo. Y la única manera de que el empresario contrate trabajadores es que se reduzcan las cuotas sociales al mínimo o que, simplemente, desaparezcan. Y entonces, qué se apuestan, todo el que quiera trabajar tendrá trabajo