• La solución Colau, que el pobre no pague lo que recibe es injusta.
  • Lo que hay que hacer es aumentar sus ingresos.
  • Ingresos ganados honradamente y honradamente merecidos.
  • Porque las personas tienen dignidad…
  • Y porque una cosa es la santa pobreza y otra la puta miseria.
  • Además, la pobreza hay que llevarla con dignidad y la riqueza con discreción.
  • Eso no quiere decir que empresas y políticos estén exentos de ponerse al lado de la víctima y no tirarse los trastos a la cabeza.
Una anciana a las que le habían cortado la luz ha muerto abrasada por el incendio de las velas con las que se iluminaba. En Reus. Manifestaciones contra la empresa, Gas Natural Fenosa y enfrentamiento entre GNF y el Ayuntamiento de la ciudad, ambos echándose culpas por el asunto. Pero nada de eso puede devolverle la vida a esta pobre mujer. Tanto los políticos como la empresa que cortó la luz deberían haber salido antes y no para atacar sino para compadecer y arrimarse a las víctimas, en su caso, asumir la culpa o, al menos, la causa de lo ocurrido. Eso sí, me sorprenden las reacciones al uso. La progresía se rasga las vestiduras y, en pocas palabras, ofrece la solución Colau: que el pobre no pague los servicios que utilizan. Y entonces, ¿por qué iban a pagarlo otros pobres y los menos pobres, y hasta los ricos? La pobreza no se soluciona a costa de no pagar lo que se debe. Con eso sólo se perpetúa. Lo que importa es que el pobre reciba más ingresos y pueda pagar sus gastos. Y esto por dos razones:
  1. Porque las personas poseen la dignidad excelsa de los hijos de Dios. Es más, la pobreza hay que llevarla con dignidad y la riqueza con discreción.
  2. Porque una cosa es la santa pobreza y otra la puta miseria.
Y también, porque lo peor es utilizar la desgracia ajena en beneficio propio. Eulogio López eulogio@hispanidad.com