• El 7 de octubre se celebra nuestra Señora del Rosario, la oración de último refugio.
  • Por tanto, más que apropiada para los tiempos actuales.
  • Y también se celebra el aniversario de la batalla de Lepanto… sólo cantada por el inglés Chesterton.
Siete de octubre, festividad de Nuestra Señora del Rosario. Siempre me ha llamado la atención el éxito popular de la oración del Santo Rosario. En principio, repetir cincuenta avemarías, o 200, en una romería con las 20 misterios, no parece divertido. No es el milagro diario, como la Eucaristía, ni posee la originalidad de la oración mental. Además, no es una oración dirigida al socio cristiano sino a Su Madre. Y sin embargo… Místicos y santos lo consideran el último recurso en tiempos de naufragio, ya sea individual o colectivo. El Rosario ha sobrevivido más de un milenio y no una oración para beatas sino para almas recias, capaces de encontrar sentido detrás de la palabras y amor detrás de la reiteración. Nuestra Señora del Rosario se celebra, precisamente el día de la batalla de Lepanto, cuando don Juan de Austria paró al turco en las cercanías del Golfo de Corinto y destrozó su armada que esclavizaba todo el Mediterráneo. El significado de la batalla de Lepanto sólo fue cantado por un poeta como se merecía. No era español, sino inglés: un tal Gilbert Chesterton. Ahora, en tiempos de fin de ciclo, el rosario se vuelve a convertir en la mejor arma del fin de siglo. Un arma de destrucción masiva con el poder del mal y, al tiempo, arma constructiva. Y de carácter urgente. Eulogio López eulogio@hispanidad.com