Espléndido trabajo el de Acción Familia sobre el puñetero Sínodo del Amazonas. Entre otras cosas, recoge una entrevista con el cardenal Gerhard Müller, exprefecto de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la fe, quien pone, como no digan dueñas, la ‘Instrumemtum Laboris’, el documento de trabajo del Sínodo.
Por cierto, como el mismo Müller aclara, criticar este documento no es criticar al Papa Francisco, ni tan siquiera al Sínodo. Sólo es el documento introductorio a la magna reunión. Precisamente para eso se anticipa a la grey: para que cualquiera pueda opinar sobre él.
El cardenal Müller recuerda que criticar al Instrumemtum Laboris no es ir contra Francisco: no son las conclusiones del Sínodo, sólo su introducción
Ya expresé mi opinión sobre el Sínodo del Amazonas: lo malo no es el indigenismo edulcorado, la teoría del buen salvaje, es el ecologista que confunde a Cristo con los objetivos para el Desarrollo Sostenible y al Vaticano con la Asamblea general de Naciones Unidas. Me preocupa mucho la intención de fabricar sacerdotes y, sobre todo, me preocupan mucho los sacramentales, esa afición a homologar al Sagrado Sacrificio de la Eucaristía, el mayor regalo de Dios al género humano, con rituales indígenas que, o son folclore, o son algo, porque en muchos casos proceden de ritos animalistas o directamente satánicos. En definitiva, me preocupa que el Síndrome del Amazonas profane la Eucaristía, de la misma manera que cinco años atrás se pretendió convertir el Sínodo de la familia… en una profanación de la Eucaristía. Siempre lo mismo: el memorial de la cruz.
Acción Familia resume, y muy bien, las críticas de Müller en una batería de sumarios que ningún cristiano debería perderse. Ahí van. Que ninguna es menor:
El documento “viene de una visión ideológica que no tiene nada que ver con el catolicismo”.
Sus promotores “tratan nuestro Credo como si fuera una opinión europea nuestra, pero el Credo es la Revelación de Dios en Jesucristo, quien vive en la Iglesia. No hay otros credos”.
No existe la conversión verde ni el dios-planeta (aunque en la ONU no se hayan enterado): “Debemos rechazar absolutamente expresiones como ‘conversión ecológica’. Solo hay conversión al Señor, y como consecuencia también existe el bien de la naturaleza”.
Atención a la almendra del puñetero Sínodo: “Confusión" y "el centro de todo no es Jesucristo sino ellos mismos"
No confundir los sacramentos con las ceremonias indígenas: “Los sacramentos no son rituales que nos gustan y el sacerdocio no es una categoría sociológica”.
Ni la propia jerarquía eclesiástica puede entra en materias como la Transustanciación: “La Revelación de Dios en Cristo se hace presente en los sacramentos, y la Iglesia no tiene autoridad para cambiar la sustancia de los sacramentos”.
Como en el ‘Apocalypto’ de Mel Gibson: los rituales indígenas van desde el folclore al satanismo. Equipararlos a la Eucaristía sería la adoración de la Bestia
Todo esto me recuerda el ‘Apocalypto’ de Mel Gibson: allí podía ver, como jamás lo ha hecho el cine, una reproducción de los sacrificios humanos en la América precolombina. Y allí se palpaba que los rituales indígenas van desde el folclore al satanismo, pasando por el homicidio en serie. Equipararlos a la Eucaristía sería la adoración de la Bestia. Y ya saben lo que eso significa.
Esperemos que Francisco actúe cuanto antes. La última palabra de un Sínodo la tiene el Papa. Los demás participantes en el Sínodo no elaboran conclusiones sino propuestas que elevan al Pontífice.