• Y son Damasco y Moscú quienes están luchando por la libertad religiosa.
  • La Unión Europea produce rubor y vergüenza.
  • Definitivamente, Occidente ha enloquecido… o algo peor.
  • El Consejo Europeo asegura  ahora que no permitirá más crueldades en Alepo.
  • Cuando han sido sirios y rusos quienes han librado a los civiles de las barbaridades del Daesh.
  • Europa se ha convertido en una marioneta de Obama y de Naciones Unidas.
Portada del diario ABC: "Europa exige el fin de la barbarie en Alepo". Aparte que está muy bien este deseo de Europa de exigir acabar con la barbarie cuando no ha movido un dedo para evitarla y justo cuando la barbarie se termina, sorprende que se revuelve contra quien ha evitado, con dureza, ciertamente, que otra forma no había, la barbarie del Califato islámico y de Al Nursa. Es decir, de Rusia y Siria. Moscú y Damasco, Vladimir Putin y Bashar Al Asad son los que han liberado Alepo de los fundamentalistas islámicos y los que han liberado a la población civil. Pero, según Europa, marioneta de la propaganda de ese personaje nefasto llamado Barack Obama, considera que, ellos, los liberadores, son los malos. La propaganda occidental ha caído en la más burda de las mentiras, como la de que los francotiradores de Al Asad disparaban a los mismos civiles que evacuaban, o las acusaciones manden en Naciones Unidas (es decir, en el Nuevo Orden Mundial (NOM) sobre el asesinato por las tropas sirias de más de 80 civiles, entre ellos mujeres y niños, cuando todo el mundo sabe que esas barbaridades son la especialidad, no de un ejército como el sirio, sino de los salvajes del Daesh. En definitiva, que Bashar Al Asad, hoy convertido en la esencia del mal por la propaganda occidental regía una dictablanda. Lo malos de verdad son el Daesh y Al Nusra… a quien Occidente, indirectamente, apoya. Europa, con un cinismo solo propio de los miserables, asegura ahora que no permitirá más matanzas en Alepo, cuando han sido los sirios y los rusos quienes han abierto corredores humanitarios para que los inocentes puedan escapar de la jaula que les tendieron los fanáticos y mientras Europa se negaba a todo: ni tan siquiera a acoger a los refugiados que huían, no de Al Asad, sino del ISIS. Al Asad dirigía una dictablanda. Y son Damasco y Moscú quienes están luchando por la libertad religiosa. Esto, para no dejarnos engañar. Eulogio López eulogio@hispanidad.com