Las cámaras han desaparecido de Siria. Ya nos hemos cansado de ver imágenes impactantes y, además, no sabíamos si eran ciertas. Y como se han ido las cámaras, se ha terminado la guerra y el jaleo informativo, o sea, las mentiras van y vienen a mayor velocidad que las balas.
Ahora viene Idleb, la gran batalla de un ciudadano que apenas conocíamos pero que se ha convertido en un enclave de casi 3 millones de personas, supuestamente poblado por rebeldes. Todos alabemos lo que significa rebeldes: significa yihadistas. Un millón de niños, por cierto.
En cualquier caso, la ONU tendrá que decirles a los sitiados, no a Putin y Erdogan, como ha hecho, que dejen salir a las mujeres y, sobre todo, a los niños. Porque los niños no deben utilizarse como parapeto.
Pero los cristianos siguen siendo los más abandonados de todos
En paralelo, decíamos ayer en Hispanidad que los kurdos, enemigos de los fanáticos musulmanes, tampoco quieren a los cristianos. Por cierto, a quienes no apoya a nadie y Occidente, menos que nadie. De hecho, el malvadísimo Bashar al Asad, uno de los pocos líderes en la zona que respetaba a los cristianos.
Porque esa es otra, en el conflicto que se extiende desde Turquía hasta Irán, los más perseguidos son los cristianos. Ahora, hasta los kurdos intentan expulsarles de toda aquella tierra santa. Porque el cristianismo no es homicida, el islam sí.
En Afganistán nuevo atentado, Pero ojo, está vez, por lo que se sabe, vuelven a ser talibanes –sunitas- quienes atentan contra la población chiíta. No esto es, Arabia contra Irán.
Pero no se apuren: la tele se ha marchado de siria e Iraq así que se ha acabado la guerra.