- Su discurso en la ONU indica que al presidente estadounidense le ha llegado el momento de elegir entre sus principios y sus intereses.
- Resulta contradictorio amenazar a Corea del Norte y alabar a China.
- Es contradictorio arremeter contra Irán y acariciar a Arabia.
- Y el problema de la ONU es ideológico, no de coste económico.
Desde que llegó a la Casa Blanca,
Donald Trump ha tenido que afrontar un verdadero golpe de Estado civil. El
Nuevo Orden Mundial (NOM) anticristiano, la nueva masonería internacional, le ha presionado y han conseguido doblarle el pulso en algunas presiones: por ejemplo,
se ha alejado de Rusia y en venganza Putin ha cometido el error de
acercarse a China e incluso defender a Corea del Norte.
Acercamiento de lo más preocupante porque la diferencia entre Moscú y Pekín es que Rusia continúa siendo cristiana mientras China no lo ha sido jamás. El eje lógico es
Washington-Moscú frente a Oriente; no
Moscú-Pekín frente a Occidente.
Así que Putin va a tener que elegir entre enfrentarse al
Nuevo Orden Mundial, a la masonería internacional, o doblegarse ante él (o ella). Ya sabemos que no es 'Terminator' pero no puede quedarse de mero 'Negociator'.
Porque resulta contradictorio amenazar a Corea del Norte y alabar a China. Como lo es
arremeter contra Irán y acariciar a Arabia.
Y no olvidemos algo muy importante:
el problema de la ONU es ideológico, no de coste económico. El problema de Naciones Unidas es que se ha convertido en el
sustrato ideológico del NOM, con su generación de derechos, que no sólo son distintos de los derechos de los hombres, sino que constituyen su violación: derecho al
aborto, por ejemplo.
Donald Trump debe elegir.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com