El pasado fin de semana echaban en TV Superman, creo que III. La tesis de la cinta ha captado toda mi intención. Verán: resulta que un malo muy malo utiliza la informática para manipular un satélite… ¡y provocar un tornado que destruye a la cosecha de café en Colombia!
Ahora bien, con un ordenador se pueden modificar los ordenadores del satélite y negar que viene un tornado real o, a la contra, asegurar que se avecina un tornado inexistente. Hasta ahí, todo bien. La cosa se complica cuando de lo que se trata, como en la peli de Superman, es de crear un tornado: los satélites no crean tornados.
EEUU. Es más fácil que una máquina manipule el recuento electoral a que influya en el voto
Con la informática se puede cambiar la información, pero la realidad resulta un pelín más difícil. Con una máquina puedes contar el número de cerdos que hay en todo el planeta y puedes manipular esa cifra, pero no puedes crear un solo cerdo.
Y ahora hablamos de ‘fake news’. Los que dicen luchar contra las noticias falsas, o falseadas, se comportan como el guionista de Superman, sin embargo, esto no es una peli de ficción. La gran hipocresía de la supuesta lucha contra las noticias falsas, o falseadas, sólo quieren eliminar al políticamente incorrecto e imponer el pensamiento único. Porque claro, para el totalitario, todo disidente es un mentiroso.
La campaña presidencial en Estados Unidos –noviembre 2016- fue la que creó toda la alarma contra las noticias falseadas. Resulta que los rusos hackearon las redes sociales y así consiguieron que los estadounidenses votaran a Trump en lugar de a Hillary. Pues hombre, eso ya no es manipular las máquinas sino a las personas, cuestión algo más difícil, por aquello de la racionalidad del ser humano.
Al final se trata de censurar a los cristianos, porque el cristianismo es lo más políticamente incorrecto en este momento
La informática puede dar como vencedor al perdedor. Eso sí puede hacerlo. Es lo que conocemos como pucherazo. Lo que no puede hacer es convertir a un votante republicano en un demócrata. Eso sólo puede hacerlo Bill Clinton. Para eso necesita influir y la influencia es algo mucho más complejo.
Por decirlo de otra forma: la máquina puede contar el número de cerdos que existen en el mundo, pero no puedo crear ni un solo cerdo… ni un solo tornado.
Mire usted, lo cierto es que quienes han lanzado la cruzada contra las falsas noticias lo único que pretenden es descalificar al disidente, al que no trascurre por los caminos de lo políticamente correcto, que cada día son menos y cada día se parecen más. En definitiva, todo aquel que se enfrenta al pensamiento único el pensamiento que impone el poder, es clasificado como hacedor de ‘fake news’.
Y no necesito recordarles que, a día de hoy no hay nada más políticamente incorrecto que el cristianismo. Ergo, el cristianismo es mentiroso y debe ser censurado.
Quod erat demonstrandum.