- Un insulto para el Nuevo Orden Mundial: tan solidaria como ortodoxa.
- El prejuicio indica que los católicos solidarios son antipapales, progresistas centrífugos, pelín heréticos.
- Y va la monja de las narices y rompe los prejuicios mejor asentados.
- La clave de su vida. 8 horas de trabajo, cuatro horas de oración.
- "Yo no haría esto ni por un millón de dólares". "Yo tampoco", respondió la madre Teresa.
El domingo 4 de septiembre de 2016 canonizan a Teresa de Calcuta, la monja albanesa que supone un insulto para el
Nuevo Orden Mundial (NOM) y su pensamiento único, vulgarmente conocido como lo
políticamente correcto.
Porque claro, el problema es que esta enana procedente de
Albania y ejerciente en
La India, era tan solidaria como ortodoxa. Se oculta su amistad con
Juan Pablo II -el ultra polaco- o se oculta que fue una de las grandes defensoras del polémico
padre Pío o de las apariciones marianas de
Garabandal.
Rodeada de moribundos, llagas, pústulas y miseria, pero a
Cristo Eucaristía que no le faltara de nada.
Volcada con los más miserables pero defensora acérrima del derecho a
la vida y fustigadora del aborto. Especializada en atender a los contagiados al mismo tiempo que expulsaba a un cura progre que acudió a la casa central a darles una prédica y empezó a decir tonterías. Le expulsó sin contemplaciones y no volvió a entrar. Vamos,
la antítesis de una ONG.
Y encima aquella asquerosa receta suya: cuatro horas diarias de oración,
ocho de trabajo arrastrado. Como dijo aquella visitante en una de sus actividades en la India. "Esto no lo hago yo ni por un millón de dólares". A lo que la madre Teresa respondió: "Yo tampoco, por un millón de dólares tampoco lo haría".
Es decir, que la
madre Teresa lo hacía por Cristo. Quería más a Cristo que a los desfavorecidos. Es lo que distingue a los caritativos de los meros solidarios, los onegeros.
¡Maldita monja, quien le mandaba romper unos prejuicios tan bien asentados! ¿Acaso no sabe que el prejuicio proporciona estabilidad?
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com