- ¿Y si nos cargamos los billetes de 500 euros?
- ¿Y si nos cargamos los oligopolios con fisiones forzadas?
- En economía, los lugares económicos no son tediosos: son peligrosos.
- El Duopolio es un espejismo de competencia.
- Y pone en peligro la propiedad privada pequeña, que es la clave de las libertades.
Yo no sé si el consejero del
Banco Central Europeo (BCE), José Manuel González-Páramo Martínez-Murillo, es consejero ejecutivo o sólo cobrable en el BBVA.
Tampoco sé si el último informe de la
APIE donde se vuelve a enaltecer la labor de los
consejeros independientes y, nueva vuelta de tuerca, del consejero coordinador de consejeros independientes, sirve para algo. Sospecho que no.
Lo que deberíamos hacer sería acabar con los consejeros independientes, que son los más dependientes de todos. ¿Usted cree que González Páramo, un señor que cobra 1,2 millones de euros al año,
más el fondo de plan de pensiones (que en dos años ya suma 436.000 euros), va a ser lo suficientemente independiente como para contradecir a
Francisco González… que es quien le ha nombrado y quien le paga esa cantidad? ¿En serio?
El único consejero independiente es el dominical, el que representa a un accionista. Porque lo que conviene a él es lo que le conviene al conjunto de los accionistas, es decir,
al pequeño accionista. ¿El independiente es independiente porque no se juega su dinero? No me haga reír.
Y ya puestos, ¿
por qué no nos cargamos los billetes de 500 euros? Nacieron como refugio para el dinero negro. Y si los dejaron nacer era porque convenía al poder. Ahora el BCE quiere prohibirlo al igual que
las operaciones de más de 5.000 euros en metálico. En España, ya tenemos esa norma e
incluso por debajo de esa cifra: se sitúa en los 3.000 euros.
¿
Y si nos cargamos las fusiones? Porque la tendencia de la economía mundial hacia el oligopolio o el duopolio resulta tenebrosa.
Hasta entre las jugueteras. Y ojo, el oligopolio sólo se monta para destrozar al pequeño y perjudicar al consumidor. Y porque el empresario busca siempre que alguien
pague su fracaso cuando las cosas vienen mal dadas.
El pequeño empresario cierra la tienda y lo intenta otra vez. El grande fuerza que el Estado se movilice para salvarlo… con nuestro dinero.
El sueño, la pesadilla, parece consistir en que haya
dos bancos globales, dos eléctricas mundiales, dos telecos mundiales, dos jugueteras mundiales… un espejismo de competencia y un
atentado contra la propiedad privada, que o es pequeña o no es privada.
Y la propiedad privada (pequeña), no lo olvidemos, es la raíz de las libertades.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com