- Y si el Nuevo Orden logra tumbarle en un golpe de Estado Civil, la libertad estará en peligro en el mundo entero.
- Lo malo es que hubiera permanecido el Obamismo, es decir, Hillary Clinton.
- Porque Trump es un personaje que cree en algo. Por ejemplo, cree en el derecho a la vida.
- En lo único que creía Hillary era en sustituir los diez mandamientos por la Carta de la Tierra.
- Y en el aborto global y obligatorio.
- Los dos fallos de Trump: Siria y fiscalidad.
Nunca un
presidente norteamericano ha sido tan atacado como Donald Trump. Y tiene razón en la queja. No sólo es que sea atacado, es que desde un día después de las elecciones el
Nuevo Orden Mundial (NOM) comenzó a sabotearle con ganas de forzar un golpe de Estado Civil.
Y la propaganda demócrata, norteamericana, ha cundido por miedo mundo, convirtiendo medidas normales de gobiernos en escándalos horribles, merecedores de la destitución. Por ejemplo, que un presidente del Gobierno cese a su jefe de policía.
Hasta
JP Morgan, al que sólo le preocupa el dinero, un banco junto al Chase, volcado con los demócratas desde hace dos décadas, ha tenido que recordar que, en contra de lo que aseguran los medios,
Trump goza de una alta popularidad.
¿Por qué el Nuevo Orden Mundial (NOM), con sus adláteres,
Barack Obama y Hillary Clinton, sabotea al presidente democráticamente elegido por los norteamericanos? En primer lugar porque al NOM no le gusta la democracia aunque la predique. Por naturaleza, la masonería internacional siempre ha sido elitista. Y ojo, porque si la democracia estadounidense se pervirtiera
la libertad caería en picado en todo el mundo.
En cualquier caso, la diferencia es que
Donald Trump cree en algo mientras
Barack Obama o
Hillary Clinton no creen en nada. Por ejemplo, Trump cree en el derecho a la vida mientras
Hillary Clinton pretende cambiar los 10 mandamientos por la panteísta
Carta de la Tierra, así como imponer el
aborto obligatorio en el mundo.
Trump ha sido un buen presidente. Lo que ocurre es que cae mal porque es un grosero, pero
la grosería no es la peor de las virtudes. Y también comete fallos: por ejemplo, en Siria ha bombardeado al régimen sirio, que es el amigo de Occidente, no el enemigo.
Y tampoco
me gusta que su primera medida fiscal haya sido para reducir el impuesto de sociedades. Toda reducción de impuestos es buena, pero quizás el impuesto de sociedades sea
el penúltimo que debe reducirse (después de los gravámenes sobre el rentismo, o ahorro financiero).
En cualquier caso,
Trump es un buen presidente. Y más nos vale que el NOM no logre destruirle en este
golpe de Estado Civil que vivimos desde que fue elegido por los estadounidenses.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com