Finalizó la ronda de convocatorias del jefe del Estado en funciones -¿o era presidente del Gobierno en funciones?- a los líderes políticos. Sánchez ha salido fortalecido, Casado y Rivera han hecho el ridículo por acudir a una llamada que en periodo de interregno, sólo debió formular el Monarca en cuanto jefe del Estado.
Pero vamos con los contactos. Pedro Sánchez practica una inteligente esquizofrenia, una esquizofrenia extraordinariamente interesante e interesada: miliciano en España, moderado en la escena internacional. Hasta el 26-M, coquetear con Iglesias; desde el 27, con Rivera. ¿Gobierno de coalición? ¡Anda ya! Ni con el uno, ni con el otro.
Ante el 26-M, su socio es el rojo Pablo Iglesias. El 27-M su socio será Albert Rivera
Y no se confundan: a Albert Rivera no el parece mal. El presidente de Ciudadanos asegura que se va a formar un Gobierno PSOE-Podemos. No es verdad y él lo sabe. Pero le interesa mantener un doble versión (la hipocresía comienza a ser la clave de la política española).
Y todo con un Gobierno monocolor. A Ciudadanos no le parece mal: Rivera tiene cuatro años para llegar a La Moncloa
Sigue la sabia hoja de ruta de, cómo no, don Iván Redondo, que quiere a un bipolar, ligeramente esquizofrénico: un miliciano radical en España, para ganar las elecciones del 326-M y un ebitda moderado y multicultural de cara a Europa. Porque los ultraprogres está bien para consumo interno, pero no para el escenario internacional. No mola.
La ‘convocatoria’ monclovita ha constituido otro éxito de Iván Redondo, pero constituye un insulto al rey Felipe VI
Además, es lo bueno que tienen los esquizofrénicos: pueden votarles dos veces.