- "Mira, Lola, como andamos justos de dinero tendré que seguir aguantándote".
- Los divorcios aumentan un 5,6% porque la situación económica mejora y por el divorcio exprés.
- En la actual España, el amor no es lo que acaba en la cama sino lo que empieza en ella.
Impresionante. En 2014,
según el INE, los divorcios en España superaron los 100.000, un 5,7% más que un año antes.
Desde que comenzó la crisis el número de rupturas descendió, pero ahora, que estamos saliendo de esta crisis para entrar en una nueva -que va a ser peor-
resulta que el divorcio aumenta.
O sea, en el espejo de España se contempla algo parecido a esto: "
Mira, Lola, que como no podemos llegar a fin de mes no me voy con la vecina y tendré que seguir aguantándote".
Es una
España romántica, donde el número de matrimonios fracasados se eleva cuando hay dinero y se reduce cuando vienen las vacas flacas.
Y luego está el divorcio exprés, la ley más creativa del inefable
Zapatero… que
Mariano Rajoy ni ha tocado. Es tan fácil romper el compromiso adquirido que la tentación se hace más fuerte cada día.
Y ojo,
las separaciones y las nulidades aumentan, pero la mitad que los divorcios. Eso quiere decir que el convencimiento sobre el compromiso que se ejerce en un matrimonio, en cualquier tipo de matrimonio, también anda en retroceso en España, este país de incurables románticos, donde
las historias de amor no acaban en la cama sino que empiezan en ella. Bueno, para ser exactos, comienzan y acaban en el triángulo vital, compuesto por tres vértices: el estómago, el bolsillo… y eso que ustedes están pensando: C'est l'amour.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com