• Eso sí, con la fuerza del BOE.
  • Segunda conclusión: si quieres cambiar un gobierno, cambia primero la sociedad que lo soporta y mantiene.
  • Tercera: si quieres cambiar la sociedad empieza por cambiar tú.
  • Esto es: no son los políticos los que cambian a la sociedad, sino al revés.
  • Y el mejor ejemplo de todo esto: el voto católico.
  • Los cristianos coherentes tendrán que cambiar la sociedad antes de conseguir cambiar el Gobierno.

España vive una verdadera obsesión por la política. Y es muy lógico: a fin de cuentas cuando se tiene un panorama político compuesto por la banda de los cuatro (PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos) surge el noble deseo de asesinar a todos ellos, inclinación que debe ser controlada, no porque sea pecado (creo que por dar pasaporte a Rivera, Iglesias, Sánchez o Rajoy dan indulgencias) sino porque es un delito. Ahora bien, esa obsesión ha generado una conclusión que no debió llegar ni a premisa: debemos cambiar la política para poder cambiar una sociedad española en clara decadencia. No, hombre, no: no es la política la que cambia la sociedad sino la sociedad la que modifica a la política y a los políticos. Es más, cada sociedad tiene la clase política que se merece y cada pueblo tiene el Gobierno que se merece. En cualquier caso, si quieres cambiar España cambia tú el primero, luego los que te rodean, finalmente el pueblo. En último lugar, el cambio en el Gobierno vendrá por sí solo. Insisto en que el mejor ejemplo es el voto católico. Muchos católicos comprometidos con su fe intentan encajar, siempre con calzador, sus principios dentro de algunos de los partidos políticos con posibilidades de éxito. El problema es que un católico no puede votar a ningún partido de la banda de los cuatro, PP incluido, al menos en conciencia y en coherencia, por lo que se ve obligado a votar al frustrante mal menor. Lo que hace que, a su vez, esos partidos atenten, aún con más mala uva contra la ley natural porque han llegado a la conclusión de que el voto católico no existe, no puede existir. Eulogio López eulogio@hispanidad.com