- No nos quejemos de las palabras de Francisco sobre España: acertadas o desorientadas resultan pertinentes.
- A los sacerdotes les será negado el discernimiento.
Que el
papa Francisco no le tiene mucho cariño a
España parece claro. No se precisa ser una sesudo analista para concluirlo. Incluso ha resucitado la leyenda negra, anglosajona y protestante, supongo que para caminar por el ecuménico camino del encuentro.
Ahora bien, sinceramente, no me parece importante. Primero, porque los españoles no tenemos por qué ser los favoritos del Papa. Si lo somos bien, si no, qué le vamos a hacer. El Papa, además, no debe tener favoritos, es
pastor universal, no local.
Eso sí, nuestros ancestros, los españoles de ayer -los de la
evangelización de América, así llamada conquista- no se merecen ese desprecio. Por lo general eran tipos estupendos, aherrojados, cristianos consecuentes. Por sus frutos los conoceréis. Aún hoy, entre el 40 y el 50% de los católicos del mundo lo son gracias a la evangelización española de América, gracias a aquellos conquistadores que, al parecer, tanto daño hicieron a las comunidades amerindias.
Pero dicho esto, la verdad es que los españoles de hoy, que no los de la conquista, nos merecemos lo que nos pasa, por nuestra falta de fidelidad a todos los dones que se nos han dado. La deslealtad a Cristo entre los católicos españoles comenzó cuando yo nací, en 1960, y se resumiría, cinco años después, en las perseguidas pero reales apariciones marianas de Garabandal, con unas palabras que en aquel momento resultaban resultar increíbles: "Cardenales, obispos y sacerdotes van por el camino de la perdición y con ellos llevan a muchas almas".
Hoy en las revelaciones privadas a la madrileña Marga, se alude a aquella revelación cántabra: "Que a propósito lo dije, y esto para España. Que a propósito para vuestros días. Nación apóstata que abandonó el camino del bien".
¿Qué ha pasado en España? Pues que
ha dejado de ser la Tierra de María y como recuerda la propia Virgen a Margarita: "Aprended que en este mundo actual sólo se va a Dios por miedo de María", un idea muy repetida por los místicos que, para España, es más importante que los planes de estabilidad del Gobierno Rajoy (¡Palabra!).
Así que menos gruñir por los desprecios del papa Francisco a la conquista. Es posible que el Pontífice no ande muy fuerte en historia pero eso no nos disculpa a esta España apóstata, incapaz, no ya de repetir la maravilla de la cruzada del Océano sino ni tan siquiera de preservar, de puerta adentro, la fe de sus padres".
Tanto es así que nuestros sacerdotes "perderán el discernimiento". Y un sacerdote puede perderlo todo menos eso: el
discernimiento de espíritu, una forma clásica de referirse a la virtud para distinguir el bien del mal.
Así que menos quejarnos de lo que el Papa ha dicho en Hispanoamérica y más pensar en la
conversión que, en España, es tan importante como urgente.
Tan urgente como al reconversión del PP. Com ose lo ceunto.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com