Oficialmente, sólo se dice que, dependiendo de la evolución de las cifras, la ‘desescalada’ puede ser más rápida o más lenta. O sea, el gusto por la tautología propia del Gobierno Sánchez.
Ahora bien, al mismo tiempo, por boca del inefable, y últimamente muy ‘sensitivo’, doctor Simón, se nos advierten dos cosas:
1.Que todo va bien. Gracias a la sabia actitud del Gobierno, que ha encarcelado a 47 millones de españoles, los contagios están bajando.
2.Que los niños contagian, los deportistas contagian, los ancianos contagian… y como no tenemos ni idea de qué tratamiento es bueno o malo, o cuál lo es en cada caso, prepárense a seguir encerrados, a lo mejor hasta el verano en una desescalada -con perdón- tirando a desesperante.
Ahora bien, si toda va tan bien y el virus remite, gracia a Pedro Sánchez, como creo haber dicho antes… ¿por qué el Gobierno piensa retrasar el confinamiento hasta julio?
Pues porque el gobierno miente.
El futuro no depende de Sánchez, depende de si en ‘Juan Español’ puede más el miedo a morir y de si el hastío del encierro puede más que la histeria provocado por el confinamiento
Sánchez, todo él, constituye una enorme mentira y su feroz arresto domiciliario ha fracasado en comparación con cualquier otro país afectado por el virus. Pero no tiene otra cosa a la que agarrarse. Y entonces, aunque las cifras digan lo contrario, se trata de tranquilizar a una población a punto de estallar y, al mismo tiempo, hablar de que a Sánchez no le temblará el pulso si el virus renace y todos tenemos que volver a nuestro encierro.
Y es que al virus se le vence con inmunización, tratamientos médicos y, finalmente, vacuna. Con el confinamiento, hemos logrado detenerle un poquito, y en cuanto se acabe el encierro el bicho volverá. Es decir, Sánchez intentará ocultar su fracaso con más confinamiento.
Sólo espero que los españoles, para ocho semanas encerrados, digan “hasta aquí hemos llegado”. Todo depende del miedo que tengan a morirse y si el hastío puede más que la histeria.
En cualquier caso, este es el Gobierno del fracaso… y de la mentira.