Para lo único que ha servido el dinero barato es para crear una generación de políticos irresponsables que ganan elecciones en el presente a costa de endeudar a las generaciones futuras.
Además, se está consolidando la asimetría entre Norteamérica y Europa (allí te puedes endeudar sin límite, aquí no), y entre las dictaduras (China) y las democracias. Pekín apoya financieramente a su empresas, Europa no.
En la Reserva Federal norteamericana se libra una batalla entre los partidarios de subir el precio del dinero y los que aseguran que hay que mantener el absurdo de los tipos cero. Jerome Powell quiere prolongar la era del dinero fácil sin caer en la cuenta de que el dinero fácil puede aumentar las rentas de algunos durante algún tiempo pero no el patrimonio de todos o de nadie.
En cualquier caso, si el dinero no tiene valor, ¿por qué mantener el monopolio del Estado? Esclavicémonos con el bitcoin y otras criptomonedas, hagámosnos esclavos de una máquina, peor, esclavos de lo virtual.
En cualquier caso, la inflación vuelve y el miedo regresa. Porque claro, ¿y si los tipos subieran antes de lo que pensamos? Tendríamos países quebrados, bancos quebrados… todos quebrados.
En el siglo XXI, todo parece programado pensando en que el océano de liquidez será eterno, al menos hasta 2026. ¿Y si no lo fuera?
Además, se está consolidando la asimetría entre Norteamérica y Europa (allí te puedes endeudar sin límite, aquí no), y entre las dictaduras (China) y las democracias. Pekín apoya financieramente a su empresas, Europa no. En Estados Unidos o en China se admiten apalancamiento de hasta el 50% sin problema laguna, en Europa pasar del 5% es pecado mortal. Otra asimetría de la globalización y una globalización asimetría es una mundialización aún más injusta.
En cualquier caso, los que pensaban que los tipos cero negativos vigentes desde 2021 iban a durar eternamente, ya saben que no será así. Y es bueno que no sea así. Para lo único que ha servido es para crear una generación de políticos irresponsables que ganan elecciones en el presente a costa de endeudar a las generaciones futuras.