Hablábamos días atrás del cheque escolar. Pues bien es el momento de lanzar, además, el cheque sanitario.

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Son similares: el bono escolar consiste en entregar a los padres el dinero que cuesta la educación de su hijo para que ellos, con ese cheque decidan a qué colegio llevan a su vástago, libremente, sin interferencias.

El bono sanitario sería lo mismo: proporciónese a cada ciudadano un bono que cubra su atención sanitaria para que este decida a qué médico y a qué hospital acude, sean estos públicos o privados.

Nadie puede dudar de que constituye el sistema más justo para financiar un derecho, el derecho a la salud, pero naturalmente tanto en uno como en otro sistema, nos encontramos con una maquinaría de funcionariado que, antes que perder su 'modus vivendi', es capaz de matar. 

Ahora bien, lo que ya no es permisible es que el Estado ahogue cualquier modo de iniciativa privada sanitaria mientras todo español que puede compatibiliza la alabadísima sanidad estatal con un seguro privado de salud. Vamos, que la sanidad pública es maravillosa pero yo, si puedo, me voy al privado. Y eso que la sanidad pública, por tamaño y porque tira con pólvora del Rey, siempre dispone de más medios que la privada. 

La ministra de Sanidad Mónica García asegura que la pérfida derecha quiere privatizar la sanidad. No es verdad pero, ¿por qué no lo hacemos verdad? Cheque sanitario.