Decíamos ayer que el inmigrante debe ser bienvenido pero él debe ser agradecido, es decir, que debe respetar al país de acogida.
Hoy debemos añadir que las mentiras piadosas sirven de poco, el eufemismo hipócrita es culpable.
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Hoy publicamos dos noticias: la primera, que residentes magrebíes en París atracaron en manadas a aficionados ingleses y españoles, además de agredir a mujeres de ambas nacionalidades. Sí, también sexualmente, mientras la policía francesa miraba hacia otro lado.
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Sin embargo, Emmanuel 'Lolito' Macron continúa afirmando que la culpa la tuvieron las víctimas, sobre todo los británicos que, según el Gobierno francés, iban con entradas falsas. Es cierto, los magrebíes que atracaron, violentaron y se rieron de los aficionados no llevaban entradas falsas. Cierto, no llevaban ningún tipo de entrada, ni verdadera ni falsa, se colaron por la fuerza.
Mientras, Macarena Olona denuncia los delitos perpetrados por inmigrantes
Fraude masivo y utilización de entradas falsas, insiste el Gobierno galo para tapar sus vergüenza progres...
En paralelo, Macarena Olona ha decidido romper con el eufemismo y ha demostrado con cifras que los inmigrantes cometen muchos más delitos que los españoles, lo que desafía al feminismo imperante según el cual los malos no son los foráneos sino el español, que es un machista, violento y violador en potencia.
De verdad, ¿para qué sirven tantas mentiras?