Repetir toda la batalla por la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) entre el PSOE y el PP resultaría demasiado cansino para iniciar el año. 

Tampoco caeré en el error de glosar la caradura del PSOE de Sánchez, que sólo pretende controlar la justicia para afianzar su marca de fábrica, la impunidad, ni la estupidez del PP de Núñez Feijóo, que oscila siempre entre el fuero y el huevo: el huevo es exigir que los jueces sean elegidos por los jueces, no por los policías -que es lo que propone el PSOE- y, si me fuerzan, tampoco por los jueces sino por el conjunto de los españoles. El fuero consiste en aplicar la constitución y aumentar la participación de los jueces en la elección, además de conseguir un Consejo General del Poder Judicial medianamente equitativo. alguna vez, el PP podría mantener sus ideas más de un año, mismamente.

Pues bien, dado que el PSOE y PP no han llegado a un acuerdo para la renovación del consejo de los jueces, será Europa quien medie entre el PSOE y el PP en la renovación de la justicia. Y eso se nos presenta como un éxito, una luz de esperanza tras años de oscuridad. ¡Hay que ser memo! ¡Una vergüenza para el PSOE y para el PP!

Que los españoles tengamos que acudir a la mediación de Bruselas en nuestros conflictos es la mejor prueba de lo bajo que hemos caído como país Y además, no servirá para nada. Servirá para que los eurócratas de Bruselas aún ninguneen más una España en permanente guerra civil y para hacer el ridículo, que es una disciplina muy en boga con el Sanchismo.