Terremoto político en Francia: la izquierda, ahora extrema izquierda, y la derecha ahora extrema derecha se unen en Francia para tumbar al Gobierno Macron-Barnier. ¿Qué esperaban? El listillo de Lolito Macrón ganó la Presidencia en segunda vuelta forzando a muchos que no pensaban como él a votarle por el miedo a Marine Le Pen. Lo hicieron con gran dolor y, encima, luego se conectaron con un proyecto de un primer ministro.
Al fondo, como siempre las pensiones, el problema eterno de todos los países de Occidente y la rémora principal de la economía actual.
Pero quizás el motivo no sea lo más importante, porque en el Asamblea francesa, los motivos más parecen excusas que otra cosa. Quizá lo más relevante es que de las dos fuerzas mayoritarias, en tiempos más civilizados, como fueron los de la postguerra española, se sabía qué pensaban los socialistas y qué pensaban los democristianos. Hoy ambos se confunden en una especie de progre-capitalismo y al unirse por interés, para mantenerse en el poder, al hablar de cinturón sanitario frente a la izquierda clásica y a la derecha, la que califican de ex-ultraderecha y sobre la que tienden un cinturón sanitario, acaban por ahogar cualquier alternativa, y, con ello, la democracia.
La derecha pepera y la izquierda socialista, en toda Europa, deberían superar su tendencia a la censura, acostumbrarse a que fuera de ellos también hay vida.
Y si no... los famosos cinturones sanitarios acabarán con la democracia.