Es lo que dice el catecismo donde se asegura los actos homosexuales "no pueden recibir aprobación en ningún caso". Por tanto, eso es lo que debe enseñar un cura desde el púlpito. Pero, miren por dónde, en Ciudad Real, se persiguió al cura por las calles de la localidad de Villarta de San Juan, por decir en una homilía lo que dice el Catecismo de la Iglesia católica. Es decir, por lo que debe decir un cura. Pero el lobby gay ha conseguido crear un ambiente políticamente correcto donde decir lo que uno piensa puede ser delito de odio condenado con hasta tres/cuatro años de prisión. 

Vamos con las citas textuales. El punto 2357 del Catecismo en vigor de la Iglesia católica: “Los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados. Son contrarios a la ley natural. Cierran el acto sexual al don de la vida. No proceden de una verdadera complementariedad afectiva y sexual. No pueden recibir aprobación en ningún caso".

Ahora vean el vídeo, que se ha expandido por las redes. Ante todo, mi solidaridad con el cura abucheado. Si lo que cuentan que contó el buen cura fue que la homosexualidad se puede curar, ahí discrepo, aunque creo que es una excusa utilizada por el lobby gay para imponer su criterio y censurar a quien se atreva a contradecirle. Veamos: La homosexualidad no es una enfermedad, es una inmoralidad. Otra cosa es que las inmoralidades puedan provocar patologías.

Ahora bien, llegados a este punto, la Iglesia, y el propio Papa Francisco, no pueden callar ante la persecución contra los curas que repiten la doctrina cristiana. Bastaría con que el Papa ratificara la doctrina de la Iglesia sobre la homosexualidad.