El indulto de los indepes catalanes no ha conseguido unir a Cataluña pero sí dividir a la Iglesia española. Todo empezó cuando la Conferencia catalana, es decir, tarraconense, decidió apoyar el indulto a los indepes vulnerando el aforismo de que no hay paz sin justicia, no hay justicia sin perdón... pero no puede haber perdón sin arrepentimiento. Y empeoró cuando la Conferencia Episcopal Española hizo suya la postura de la catalana. 

 A los obispos no les debe unir ninguna colegialidad ni sinodalidad, sino los principios de la doctrina

La unidad episcopal no necesita de asambleas sino de principios a los que adherirse con libérrima voluntad. Por tanto, si algo falla no es la colegialidad, lo que falla es la lealtad a los principios cristianos. Y claro, cuando el presidente Omella lanza su loa a la lucha contra el plástico, surge el cachondeo de los católicos en las redes sociales.

¿Y si nos cargamos las conferencias episcopales? Haríamos un gran servicio al a Iglesia y por tanto, a la humanidad. ¡Oh sí!