El protagonista prefiere no crear más divisiones y menos alrededor de la Ciudad Santa de Jerusalén y prefiere no dar el nombre. Pero los hechos son estos: un obispo español peregrina con fieles de su diócesis a la ciudad santa de Jerusalén. 

En la explanada de las mezquitas, los musulmanes rodearon al obispo español en tono amenazante y le obligaron a retirar el crucifijo que llevaba en el pecho. 

A su vez, los israelíes se mostraron especialmente agresivos con la comitiva de peregrinos cristianos, en distintos puntos de la Ciudad Santa.

En definitiva, Israel se ha vuelto violento y cristófobo. Con lo de la violencia no me refiero a una guerra, hablo de la violencia creciente en las calles. No son terroristas palestinos atropellando israelíes. Hablo de violencia, no sólo musulmana, sino también judía, contra los cristianos, que son los únicos que se defienden solos, sin ejército ni policía. 

Judíos y musulmanes, cada vez más agresivos... contra los cristianos. Ni unos ni otros fueron nunca simpáticos desde la independencia de Israel pero es que ahora se han vuelto agresivos.