Ocurrieron ambas cosas -que vienen a ser una- el sábado 26 y algo debe significar la ‘hazaña’ de estos jóvenes sin complejos: rezando el Santo Rosario por el centro de Madrid.
Y otros jóvenes, primos hermanos de los primeros, también de la CTC, es decir, carlistas-tradicionalistas, rezando ante el abortorio más grande de España, la ‘clínica’ Dator, un matadero de inocentes-indefensos.
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De paso, vulnerando la injusta ley de doña Irene Montero, quien pretende al aborto obligatorio:
1.Cargarse la objeción de conciencia de los médicos para que tengan que abortar a la fuerza o convertirse en los parias de su profesión.
2.Cargarse la libertad de expresión: no se puede rezar ante un abortorio ni ofrecer ayuda a una mujer que va a abortar.
3-Cargarse la libertad de conciencia, pues queda prohibido ayudar al prójimo y defender la vida humana desde la concepción hasta la muerte natural.
Ahora toca exhibirse: ya no vale con rezar el rosario a Santa María en privado. Ahora hay que hacerlo en público y en voz alta
Las imágenes dan cabida la esperanza. Ya conocen mi idea: en tiempos ’normales’, los cristianos debemos guiarnos por aquello de que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha. Pero en tiempos de persecución, violenta o ninguneante, como los actuales, todo lo contrario: el católico debe exhibirse. Ya no vale con rezar el rosario a Santa María en privado: ahora hay que hacerlo en público y en voz alta.