Gabriel Rufián, diputado de Esquerra Republicana (ERC), ha ampliado sus competencias porque además de otorgar certificados de buenos demócratas, como venía haciendo, ahora también ha anunciado que va a despachar títulos de católicos auténticos y nos ha propuesto como modelo al padre Ángel.
El anuncio ha sido recibido con un silencio casi universal, porque solo ha sido roto en el infierno. Nunca había sucedido tal cosa ya que en los abismos infernales por esencia todo es odio y mal humor pero donde, al proponer como modelo de santidad al de la corbata roja y ubicua presencia mediática, se ha escuchado la primera carcajada de los demonios desde que fueron derrotados por San Miguel.
El 24 de julio de 1936, mediante un decreto presidencial, Lluis Companys creó el Comité Central de Milicias Antifascistas de Cataluña, que asesinó a millares de catalanes
Gabriel Rufián está en plan de colaborar, naturalmente, con quienes ustedes están pensando, por eso con motivo del caso de la pederastia de algunos clérigos ha manifestado lo siguiente: “No vamos a aceptar ningún tejemaneje, que al final esto se cierre con una especie de informe que no se haya documentado públicamente, con cámaras y testimonios de víctimas y abusadores”.
Al diputado en cuestión le inscribieron en el Registro Civil como Juan Gabriel Rufián Romero, apellidos que le trasmitieron sus abuelos y sus padres de tierras andaluzas, desde donde emigraron. Y como él ya nació en Cataluña y, sobre todo como dejó de trabajar en una empresa para hacer carrera política como separatista, se ha aprendido tan de memoria las consignas de Lluis Companys, que las repite tal cual sin saltarse una coma.
Parafraseando el refrán podríamos afirmar: quien a los suyos parece, “desprecio” merece, pues en este caso uno de los suyos es Lluis Companys, fundador de su partido, personaje de lo más siniestro de nuestra historia, cuya biografía ha sido manipulada para ocultar la verdad de su vida.
Comienzan por presentar a Companys como abogado laboralista en el comienzo de su carrera, cuando en realidad su falta de escrúpulos le permitió despuntar y darse a conocer en Cataluña por la defensa que hizo de los pistoleros que amedrantaban a la sociedad catalana en los años veinte del siglo pasado.
La violencia acompañó a Lluis Companys toda su vida, y muy especialmente al estallar la Guerra Civil. Luis Companys fue presidente de la Generalidad desde diciembre de 1933 hasta el golpe de Estado de octubre de 1934, y desde febrero de 1936 hasta el final de la guerra civil. El 24 de julio de 1936, mediante un decreto presidencial, creó el Comité Central de Milicias Antifascistas de Cataluña, que asesinó a millares de catalanes.
La falta de escrúpulos Companys, el maesto de Rufián, le permitió despuntar y darse a conocer en Cataluña por la defensa que hizo de los pistoleros que amedrantaban a la sociedad catalana, en los años veinte del siglo pasado
Gabriel Rufián ha dicho que por su propuesta no debemos interpretar que tiene una actitud antirreligiosa. Y esto es exactamente lo mismo que dijo Companys en un mitin, celebrado el 27 de diciembre de 1936, para conmemorar el tercer aniversario de la muerte de Francesc Maciá, primer presidente de la Generalidad. En esa ocasión Companys dijo lo siguiente: “No vamos contra ningún sentimiento religioso”.
Pero a continuación Rufián, que como ya he dicho otorga expedientes de católicos auténticos, aclaró que católico era un cura de su barrio que antes que sacerdote era comunista y, por supuesto, lo es el padre Ángel.
El respeto de Rufián por la libertad religiosa es el mismo que el de los mineros de la cuenca leonesa que asaltaron en 1936 la iglesia de San Pedro de Bembibre (León). Rufián y los que son como él solo te dejan en paz si te consideran de los suyos. En efecto, cuando los mineros penetraron en el templo y se encontraron con una imagen del Sagrado Corazón de Jesús, con una capa carmesí, le bajaron de la peana para llevárselo a las barricadas, le colgaron un cartel al cuello con esta inscripción “Te respetamos porque eres rojo como nosotros”, y a continuación vaciaron las latas de gasolina y quemaron la iglesia.
Companys, tras afirmar que no iba contra ningún sentimiento religioso, continuó votimando un cúmulo de mentiras en aquel mitin del 27 de diciembre: “Pero es que aquí los que se han sublevado son los dignatarios y los eficientes de un sindicato de intereses que comerciaba con la religión de Cristo y que el pueblo no conocía más que por las misas, por los funerales y por las dispensas. Estos son los que se han sublevado. El predominio clerical en nuestro país era como el predominio militarista: un predominio de castas y de privilegios, con una intervención continua en los negocios terrenales en la política, propagadores y sembradores de la pasión, de la violencia y de la discordia civil. En las elecciones del 16 de febrero, el Nuncio propagaba y exaltaba las candidaturas de derechas; con Acción Popular, iba Acción Católica, y el obispo de Barcelona fue el promotor de la coalición reaccionaria con carlistas y lerrouxistas, levantando aquí una ola desbordante de guerra civil.
No soy anticlerical, dijo Campmany pero es que aquí "los que se han sublevado son los dignatarios y los eficientes de un sindicato de intereses que comerciaba con la religión de Cristo". ¡Toma ya!
Y en los últimos tiempos, en vísperas del 19 de julio, algunas iglesias y conventos fueron convertidos en fortalezas. Por el obispado fueron repartidas armas y fueron los últimos reductos tomados por las fuerzas populares, los conventos e iglesias en los que se defendían hasta última hora las fuerzas del fascismo y de los militares rebeldes. Son beligerantes y han sido tratados como beligerantes. ¡Ah! ¡Cuántos dolores acarrea el estallido de la multitud! Pero en el fondo alienta siempre una justicia instintiva”.
Una parte de ellos, imposible de calcular, fueron asesinados solo por ser católicos. Con más precisión se conoce el número de sacerdotes que perecieron. En las ocho diócesis que había en Cataluña en julio de 1936 había 5.060 sacerdotes, de los que fueron asesinados 1.541, lo que equivale al 30,4%.
De la saña con la que fueron torturados muchos de ellos hay datos que hielan el alma. Como muestra un par de ejemplos. A las hermanas de sangre Carmen, Rosa y Magadalena Fradera Ferragutcasas, que también lo eran de religión pues pertenecían las tres a las Misioneras del Corazón de María, las desnudaron, las violaron y, a continuación, las penetraron con palos por la vagina y, por último, y como muestra de desprecio a su virginidad consagrada, las introdujeron de un golpe los cañones de sus pistolas hasta la empuñadura, para desgarrarlas las entrañas y acabar apretando el gatillo.
En las ocho diócesis que había en la Cataluña de Companys y Rufián en julio de 1936 había 5.060 sacerdotes, de los que fueron asesinados 1.541, lo que equivale al 30,4%
Apolonia Lizárraga y Ochoa de Zabalegui, superiora general de las Carmelitas de la Caridad fue apresada a primeros de septiembre de 1936 y encerrada en la checa barcelonesa de San Elías, una checa que controlaba el partido de Lluis Companys, que es el mismo partido que el de Rufián. En esta checa, Apolonia fue sometida a todo tipo de vejaciones y malos tratos, aunque por pocos días. El día 8 de septiembre, el responsable de la checa, apodado 'El Jorobado', junto con otros tres milicianos la sacaron al patio central, donde la desnudaron totalmente. Tras vejarla, la colgaron de un gancho, la aserraron y echaron los trozos de su cuerpo a unos cerdos, que habían sido incautados y que los engordaba allí el responsable de la checa.
Javier Paredes
Catedrático emérito de Historia Contemporánea de la Universidad de Alcalá