Las cuestiones que atentan contra la evidencia son más difíciles de abordar que aquellas que sólo atentan contra la razón. Ejemplo, lo que Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, aseguró ayer que Bildu no puede definir a ETA como una banda armada porque ETA fue una banda terrorista... pero que seguirá negociando con ellos cuestiones 'sociales'. La verdad es que, como entremos en distingos que son sofismas, en efecto, podremos definir a los asesinos etarras como nos venga en gana incluso como monjas de la caridad.

Pero esa no es la cuestión. La cuestión es que Sanchez está dispuesto a pactar con los defensores de los asesinos etarras pero no con Vox, que no ha asesinado a nadie y que sí ha sufrido la violencia de los demócratas, no sólo de Bildu, sino de otros partidos socios de Sánchez y hasta de la policía del señor Marlaska.

Hay que tener mucho cuajo para decir lo que ha dicho el presidente del Gobierno. Mucho, y hay que ser muy cobarde para guardar silencio como hace el PP. Una estupidez, además, porque si ahora mismo Feijóo dijera que no es aceptable anteponer a los miserables de Bildu con la gente de Abascal quien ganaría votos no sería Vox, sino el PP

Por lo demás, hay que insistir en la gan mentira del Sanchismo, Vox no es un partido ultra; es un partido cristiano. Ahora en crisis por lo de siempre: ha relegado su alma cristiana, también la defensa de la propiedad privada pequeña, a su alma azul, la de la unidad de España, que es importante, ciertamente, pero no es lo único importante ni lo más importante. 

Pero Vox es, ante todo, lo más parecido a un partido católico que existe en el Parlamento español. El Partido Popular, no sólo no es un partido católico. En ocasiones es claramente anticristiano. Sin ir más lejos: es un partido abortero y, además, una socialdemocracia de derechas.

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Por cierto, también el temido por Sánchez, Pablo Motos, se ha pronunciado sobre ETA: