La FIV es inmoral y el embrión es humano. El resumen de Religión en Libertad no puede ser más certero. Lo dice la Convención Baptista del Sur, la profesión religiosa protestante más importante de Estados unidos, al que pertenecen 47.000 comunidades y 13 millones de miembros en el país. 

De esta forma, los baptistas se une a la Iglesia católica, que se ha quedado sola en la defensa de la vida y, hoy en día, en Occidente, el mayor número de abortos, además de por la píldoras anticonceptivas (todas la que se venden en las farmacias de Occidente son potencialmente abortivas) es la Fecundación in Vitro (FIV), presente en todos los hospitales y que se venden como un oportunidad a la vida cuando la FIV no es más que el mayor matadero de seres humanos, de embriones humanos, que se ha dado en toda la historia. Embriones abortados y embriones congelados. Encima, el aborto tiene mala prensa, al menos entra la gente sensata, sea o no creyente, pero la FIV la tiene buena hasta entre católicos practicantes.

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Y la cosa tiene su enjundia, porque el mundo luterano se ha vuelto ante la ideología de género y el trashumanismo, aún más herético y aún más cismático que determinados órganos católicos. 

Benedicto XVI dijo aquello de que "Dios ama al embrión": con eso basta, porque lo dice todo. Y la FIV es una máquina aniquiladora de embriones humanos. No es vida, es muerte, además de un negocio repugnante que ha hecho multimillonarios a algunos desaprensivos.

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