¿Qué ha ocurrido con el asesinato de Kayle Villar Pons, de 20 años, apuñalada por un inmigrante ilegal marroquí que se convirtió en un okupa del padre de la víctima? ¿Por qué ese silencio de la izquierda que nos tiene acostumbrados a alzar la voz en casos en los que como este -por desgracia- la víctima pertenece al colectivo LGTBI?

Nos preguntábamos en Hispanidad: ¿Inmigración y delincuencia? Nada que ver. Un marroquí asesina con un puñal a una joven de 20 años en un bajo, en Pamplona. El padre de la víctima explica que Yahya Mazouri había entrado a vivir a la bajera de su propiedad, donde le había arrendado una habitación.

Relacionado

Cuando el joven Samuel Luiz fue asesinado presuntamente por cinco individuos que le propinaron una brutal paliza, en el paseo marítimo de La Coruña, su crimen echó a todo un colectivo a la calle. De hecho, en el juicio, cuyo jurado popular está previsto que se constituya mañana martes 15, en la Audiencia Provincial de Coruña, una de las partes personadas será, como acusación popular, el colectivo LGTBI, Alas Coruña.

En el caso de Luiz, serán los miembros de dicho jurado popular quienes determinarán o no la culpabilidad de los cinco acusados -que se juegan penas de entre 22 y 27 años de prisión- y escucharán a los más de 80 testigos llamados a declarar.

Mientras, en el caso de Kayle, ni siquiera un tuit de la gran defensora de la mujer y del colectivo LGTBI, doña Irene Montero. ¿Por qué será? 

Y es que, en el asesinato de Kayle se dan todos los tópicos del progresismo: asesinato de una chica trans, a manos de un inmigrante ilegal marroquí, que se convierte en okupa.

No lo decimos nosotros, lo dice, en este caso el presentador de 'Cuatro al día' Joaquín Prat:

Así resumía el padre de la víctima las amenazas del asesino de su hija:

Isidro cambió el lunes el bombín de la puerta de la bajera donde vivía Yahya Mazouri  “para que no pudiera entrar otra vez. Pero a las horas me llamaron y me dijeron que se había vuelto a meter en la bajera. Cuando fui allí, estaba la Policía Nacional y me llevaron detenido por coacciones”, explica. “Cuando quedé en libertad, quise pedir una orden de alejamiento porque tenía amenazados a todos, incluida a mi hija”, incide. Al respecto, asegura que “con mi hija había tenido discusiones, es un hombre homófobo y machista”.

 

Pero, aún después de leer y escuchar información como esta, la izquierda 'tirará' del argumento de los bulos: la okupación no existe, no se puede relacionar inmigración ilegal con delincuencia, -España es el país más seguro del mundo mundial, Marlaska dixit- y con noticias como esta se difunden mensajes de odio.