Este es el juego de la rifa loca, que todos la juegan y a todos les toca, dijo el poeta.

La patochada Fiducia Supplicans -a estas alturas supongo que ya podemos hablar de patochada- ha llevado a que un cura participe en una ceremonia con una pareja gay, tan parecida a una boda, en una iglesia, con un sacerdote... que luego ha habido que aclarar que no se trata del sacramento del matrimonio y el obispado ha abierto un expediente. 

No ha habido boda gay en Plasencia, sólo ganas de fastidiar. Pero a lo mejor ha llegado el momento de aclarar los equívocos creados por el equívoco Fiducia... o de retirar el equívoco. Porque esto se hincha y la solemne chorrada de que no bendigo parejas gays sino que bendigo a cada uno de los dos miembros de la pareja que llegan a la Iglesia en pareja… pues hombre, como chiste no está mal, pero sólo como chiste.

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