La egolatría conduce a la majadería. Sabedor de ello, José Manuel Albares, ministro de Asuntos exteriores, elaboró para Sánchez, para introducir en su 'breve' discurso de ayer miércoles, en el Congreso, la nueva política exterior española: islamista y feminista.
Como es sabido, si algo caracteriza al Islam es su respeto a la mujer por lo tanto, no hay contradicción alguna en el término islamo-feminista. Tan sólo, en el concepto islamo-femenino. Aquí sí, aquí estamos ante una contradicción flagrante.
Y todo esto quiere decir que vamos a vivir una estupendísima gestión exterior islamo-feminista. Por una parte, Pedro Sánchez se inclinará, servil, ante Mohamed VI de Marruecos uno de los personajes más venenosos de la actualidad, mientras expandirá por el mundo el feminismo más majadero de toda la historia del feminismo: el plasmado por esa intelectuales de fuste que nos ha surgido como hongos. Ejemplos, Yolanda Díaz, Irene Montero, Ione Belarra, Ángela Rodríguez 'Pam', etc, guías, faros y luces de la mujer del siglo XXI.
Es el feminismo que defiende Pedro Sánchez Pérez-Castejón. Ergo, está en buenas manos.
Política exterior islamo-feminista. ¡Jodó!