En política si quieres destrozar a alguien no le insultes, compadécete de él: le hundes.
Robert Hur, fiscal especial encargado de valorar si había que empurar a Joe Biden por llevarse a su casa papeles secretos se ha compadecido del señor presidente: es un pobre viejo, dejémoslo en paz. Y claro, Biden ha montado en cólera.
Justo lo contrario que hicieron los fiscales designados por lo demócratas -fiscal contra fiscal- para crucificar a Donald Trump. Por ejemplo, Letitia James, fiscal general del muy progre Estado de Nueva York, quien como Trump es empresario ha buscado delitos monetarios y fiscales. O el fiscal Jack Smith, cuyo único objetivo profesional consiste, no en aplicar la ley ni en hacer justicia, sino en que Donald Trump no vuelva a ser presidente de los Estados Unidos... no porque pierda en las urnas, sino evitando que pueda presentarse a las elecciones. Sin más.
Recuerden cómo el FBI montó el numerito de entrada en casa de Trump porque se había llevado papeles confidenciales de la Casa Blanca (lo cual debe ser muy grave). Pero entonces alguien recordó que Joe Biden hizo lo propio. Y así, mientras Smith consideraba que Trump debía ser fusilado, el fiscal Hur, que investigaba a Biden, ha utilizado una vía distinta a la ofensa directa. Ha dicho que no, que Biden no debe ser encausado porque el pobre es un viejecito senil que merece la compasión que se atribuye a la senilidad. Dejémosle en paz, pobrecito. Ni tan siquiera se acuerda de cuándo murió su hijo. Naturalmente, ante tamaño dictamen, la gente ha pensado dos cosas:
1.¿Imposibilitado para ser procesado pero no para gobernar la primera potencia del mundo?
Y además...
2.¿A ver si toda la campaña anti-Trump es para evitar, por medios ajenos a las urnas, que Donald Trump vuelva a ser presidente de los Estados Unidos? Porque, oiga, si es tan perverso, trapacero y arrogante, ¿por qué la gente le aprecia tanto? ¿Por qué ese empecinamiento en quitárselo de en medio? Y sobre todo, ¿por qué Trump defiende principios -por ejemplo la vida del no nacido- que en nada le ayudan a mantenerse en el poder?
Luego está la propia reacción de ‘Yayoyou’ Biden ante el dardo envenenado del fiscal Hur: “Soy un anciano pero sé qué diablos estoy haciendo”. Para, a renglón seguido, confundir al militar presidente de Egipto, Abdel Fattah El-Sisi, con un mexicano, se supone que el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO).
Es decir, que la senilidad de ‘Yayoyou’ ha evitado que se activara su sentido del ridículo y sólo permite que se active su obstinación y su susceptibilidad: más ridículo todavía.
Por cierto, divertidísima la reacción de la derecha y la izquierda progres europeas, por ejemplo la española. Jodó , este Joe ya no nos sirve para detener a Trump: los malos han descubierto que está chocho. Los cañones, otra vez contra el republicano. Y alucina, vecina: ahora el peligro consiste en que Trump puede aliarse con Putin para invadir Europa. No es coña: esta era la tesis de un editorial del diario El Mundo, presuntamente de derechas, del sábado 10.
Pero lo más grave es lo antedicho: el Nuevo Orden Mundial (NOM) ha abandonado a Joe Biden: Michelle, calienta, que sales.
Esto es: el presidente norteamericano Joe Biden ha pasado de ser un moderado con experiencia a un anciano desmemoriado y, no nos engañemos, el NOM se ha dado cuenta de que Kamala Harris nunca ha molado a los estadounidenses. Encima, a Trump no le paran los tribunales, ergo... habrá que poner sobre la mesa la baza mujer-esposa-de-expresidente: Michelle Obama, que como buena feminista, como una segunda Hillary Clinton, brama contra su esposo (Barack) pero se aprovecha de su éxito. A lo mejor van tarde, porque apenas quedan meses para las elecciones, pero, miren ustedes, algo habrá que hacer porque si, después de esto, resulta que siguen votando al senil de ‘Yayoyou’... entonces es que la crisis no radica en la Casa Blanca sino en los Estados Unidos de América del Norte.