La prensa progre española, sin ir más lejos, El País, se las ve en figurillas para explicar lo que está pasando en Perú. Al igual que en el nuevo Brasil de Lula, resulta que las dos formaciones ganadoras, de corte neocomunista -es decir llega al poder mediante las democráticas urnas y luego revestir a autocracia de democracia- lo han sido por la mínima, pero pretendieron y pretenden actuar como si hubieran ganado por la máxima. Este es el problema y no es problema menor.
Pero en Perú, y esto por el momento no ha ocurrido en Brasil, el Nuevo Orden Mundial (NOM) a cuyos dictados políticamente correctos responden tanto Pedro Castillo como Lula da Silva se ha topado con una situación muy especial: el populista de izquierdas Pedro Castillo ha sido encarcelado por sus compañeros populistas de izquierdas que le han otorgado el poder a la también populista de izquierdas, Dina Bolaunde.
También son ganas de molestar. "Lo que hay en Perú es un golpe de Estado contra los indígenas, clama la líder indigenista, Lourdes Huanca. Muy cierto: un golpe contra el autogolpe de Estado que intentó el indocumentado presidente indígena Pedro Castillo liderado ahora por su propia vicepresidenta, otra progresista, Dina Boluarte: ¡menudo lío!
En resumen, dos títeres del democrático populismo de izquierda enfrentados entre sí: Castillo contra Boluarte. Esto no estaba previsto.
El NOM anda liado y ahora pretende convertir la violencia en Perú en una pugna, no los desheredados del gran capital, o sea, de la perdedora, por la mínima, Keiko Fujimori, sino en una lucha entre dos ramas indigenistas y marxistas.
¡Pobres progres! Hace apenas unas semanas, Dina Boluarte era la defensa del NOM contra el pérfido golpista Pedro Castillo. Ahora Boluarte es la malvada fascista que masacra a los indígenas, que ahora son los buenos. Dan ganas de gritar aquello de "cuerpo a tierra que vienen los nuestros" Y eso que, antes, al menos, el Nuevo Orden Mundial (NOM) tenía claro quiénes éramos los nuestros.
Eso sí, tanto Lula como Castillo, en lugar de buscar venganza de no se sabe qué, deberían haber subido al poder con una idea clara: cuando se gana con el 51% hay que comportarse con bastante más humildad que cuando se gana con el 100 por 100.