Asegura Esther Peña, portavoz del PSOE, preguntada por la cuestión de si el juez, Juan Carlos Peinado, está prevaricando que a ella "no le corresponde decirlo". Vamos que lo diría de buena gana pero casi que no. Más que nada porque tildar de esa guisa a un juez... supondría obligar al magistrado a ponerle una querella a doña Esther.
No fue el único socialista en arremeter con dureza contra un juez que se ha atrevido, de ahí su pecado, a empitonar a nada menos que al intocable presidente del Gobierno.
Otro en su lugar ya habría dimitido pero no don Pedro, don Pedro ha decidido lanzarse a degüello contra el juez Peinado: hay destruirle a cualquier precio. Se ha atrevido a tocar lo sagrado y lo sagrado no se toca: aténgase a las consecuencias.
Si yo fuera Juan Carlos Peinado miraría hacia atrás al andar por la calle.