Los datos los aporta, mucho mejor de lo que pueda hacerlo yo, Jorge Fernández, en La Razón, con tres mensajes de distinto signo.
Consistorio de Cardenales en el Vaticano, tras el nombramiento de nuevos cardenales. Primer mensaje: el electoral: la mayoría de los cardenales que elegirán al sucesor de Francisco como Papa han sido nombrados recientemente, por Francisco. Otros, ya pocos, por Karol Wojtyla y por Joseph Ratzinger, pero es que, encima, algunos de ellos han traicionado al uno y al otro e incluso los hay que capitanean la rebelión del orgullo. Perdón, quiero decir, la reforma de la curia.
Segundo mensaje: los cardenales alemanes, esos bárbaros tecnológicamente avanzados han aprovechado apra colocar su cisma de la bragueta, su doctrina del “caca, culo, pedo, pis” en el centro del Vaticano. Es decir obispas y una papisa, homosexualidad a todo pasto, libre interpretación, no ya de la Biblia -que Lutero era un cabronazo ensoberbecido pero no idiota- sino de toda la doctrina moral y, al final, siempre detrás de la Iglesia actual, la satanización o adoración de la Bestia, ya sea revestida de adoración del planeta, con imagen de la sostenibilidad ecológica o de la blasfemia del Espíritu Santo: lo bueno es malo y lo malo es bueno.
El tercer mensaje es que todo esto es una gran mentira. Ni consistorio para la reforma de la Curia vaticana (empieza hoy lunes) ni perrito que nos ladre. La sinodalidad no es más que un pitorreo y el sínodo alemán no es otra cosa que el Sínodo de la bragueta, consistente en aplicar criterios democráticos al Cuerpo Místico de Cristo, que no puede ser democrático porque manda uno, que es Cristo. La Iglesia es y siempre seá absolutista porque en ella manda el Absoluto, mana “el que es".
Hablamos de un Consistorio para afianzar la actual curia progresista que reina en el Vaticano, o sea, la puñetera Curia. Con todas las excepciones, que las hay y muchas, el juicio habitual sobre la clerecía actual, sobre todo sobre la jerarquía eclesiástica, es que hay que valorarlas por su amor a la pobreza cuando por lo que hay que valorarla es por su amor a la obediencia, que es voto más difícil y complejo que el de pobreza, haciendo realidad aquel principio de sólo hay un pecado, el orgullo, con mil modalidades. La curia, la puñetera curia, por ejemplo al alemana, de hoy es, ante todo, soberbia y por tanto, desobediente.
Y todo lo anterior con el morbo periodístico de que el Papa Francisco dimita en esta semana de consistorio cardenalicio y de nombramiento de otros 20 cardenales. Como lo que más le preocupa al ministro de guardia de Pedro Sánchez, titular de Presidencia, don Félix Bolaños, otra vez se nos ha ido a Roma, en domingo, supongo pque para cumplir el precepto dominical. Don Félix considera que al actual desquiciamiento socio-podemita, le viene muy bien llevarse bien con el Papa Francisco, al que RTVE dibuja, ante todo como un progresista.
Pero atengámonos a los hechos y no a las memeces de don Félix ni a su obsesión contra el Valle de los Caídos uy por convertir a Francisco en lo que no es. Además, lo de Don Félix no deja de ser una anécdota de un persona insultón e insustancial. El otro rumor me preocupa más: ¿Va a dimitir el Papa Francisco? No lo sé, pero mejor que no lo haga. Está escrito que lo que viene puede ser mucho peor. ¿Un alemán? Hombre, tampoco hay que pasarse!