Los padres de la niña de Montealto perdonan y animan a la mujer que atropelló a su hija de cinco años. Está claro que aquí hay víctimas, pero no culpables
Es la carta de los padres de Mariquilla , la niña de cinco años muerta, atropellada, a las puertas del colegio madrileño Montealto, de Fomento. Ya he comentado que vuelvo a creer en el Opus Dei, al ver la actitud de la madre de Mariquilla, la niña atropellada, que, en el mismo escenario, abrazó y consoló a quien había matado a su hija. Insisto: hay que tener mucho valor para eso y hay que tener mucha confianza en Cristo.
Y también me asombra la reacción de todo el entorno, que se ha solidarizado con la víctima sin buscar culpables, lo cual demuestra, al menos, dos cosas:
1.Otro mundo es posible si se confía en las cuatro palabras de Sant Faustina Kowaslka: Jesús en Vos confío.
2.La oración es omnipotente, sobre todo ante la desgracia y la contradicción.
Reproducimos a continuación la carta de los padres de la pequeña Mariquilla:
"Estamos abrumados por tantísimas muestras de cariño pero como por el momento estamos metidos en nuestra cueva intentando curarnos unos a otros no sabemos ni la centésima parte de lo que estáis rezando. No nos vemos capaces de leer tantos mensajes de cariño porque estaríamos todo el día llorando y no nos lo podemos permitir ya que tenemos otros cinco pequeños de los que hacernos cargo, además de que vuestros mensajes son cada cual más cariñosos y repletos de amor y Fe. Os aseguramos que vuestras oraciones nos sostienen. Se que lo estáis haciendo pero os ruego muchas oraciones por las otras dos familias y por María, la madre que le ha tocado, a nuestro parecer, el peor trago del accidente y una vez más le repetimos que se abandone en el Señor para darse cuenta que no tiene culpa alguna y que aunque sea incomprensible Nuestro Dios lo ha permitido para sacar bienes mayores.
En el tanatorio nos han contado varios testimonios de personas que estaban lejos de la Fe y que gracias a nuestra pequeña María han ido a rezar el Rosario a las iglesias y han salido muy reconfortados, les invitamos a que no lo dejen y continúen buscando al Señor para que le lleguen a conocer, amarle y dejarse amar por el. El amor humano es finito pero el AMOR de Dios es infinito por lo que les invitamos a beber de la fuente del amor que nos puede dar una verdadera vida en plenitud y más adelante la vida eterna.
Tenemos que agradecer también el despliegue del Samur, policía y bomberos del ayuntamiento de Madrid que nos atendieron con tanto cariño y profesionalidad, de verdad que me hace estar muy orgulloso de mi patria, de nuestra España querida. Que decir de nuestros colegios de Fomento: Montealto y El Prado y muchos otros que han demostrado con obras los valores cristianos que fomentan. Por supuesto a nuestra Madre la Iglesia que en nuestra diócesis de Madrid y muchas otras no han cesado en sus oraciones y muestras de apoyo.
Damos gracias a Dios por todos nuestros amigos y nuestra gran familia. Que importante es cuidar de los amigos y de la familia y también nos permitimos pediros oraciones por ella que parece que algunos quieren hacerla desaparecer. Mirar; María y yo para poder dormir compartimos a Dumbo el elefante de peluche de nuestra bebé pero con la certeza de que Mariquilla está gozando más que nunca en el cielo porque era una disfrutona de la vida y yo creo que ella sabía que solo allí podía estar mejor con su verdadero Padre y su verdadera Madre.
A nosotros nos queda el consuelo de pensar que hemos dado todo para que nuestra Mariquilla haya estado muy bien cuidada y achuchada. Y damos gracias a Dios por estos cinco maravillosos años que nos ha regalado con ella. Os queremos. María y Àlex "