Cuantas veces en la historia,
aquellos, que te alaban gritando,
son los mismos, que después,
gritaran mientras subes, peldaño
a peldaño, hacia tu cadalso.
Pues es condición humana,
que aquel que el poder alcanza,
de forma artera y traicionera,
después de cortar a un rey la cabeza,
el pueblo que ahora le aclama,
le cortara su cabeza mañana;
y una vez caído en tierra,
harán de él, la leña adecuada
para alimentar el sagrado fuego,
que de calor, al climático cambio.