Una suave brisa, un rayo de sol,
la llamita del rescoldo, la niebla
tenue, cual suave nube de algodón.
Una lluvia fina, que mansa cae,
penetra en la tierra y sale fuente,
dando lugar a ríos y torrentes.
El incendio, de una pequeña chispa
en unos matojos, que quema un monte,
llevando desolación, dónde vida había.
El amor, que llena de un instante
día a día, los instantes de una vida,
siendo razón de ser, de esa vida…
Son las cosas pequeñas, que soportan
los grandes actos que, en heroicas
empresas, a los hombres transforman .
Ellas son los cimientos, los pilares
que sustentan el caminar por la vida,
y que irrevocablemente influyen
en el devenir, de nuestras vidas.