A un tal Sánchez
Un día la presidencia de la nación ganó,
por la gatera, de una censurable moción.
Otro, después de dos intentos, fallidos ellos,
un solo voto, la investidura, la “presi” le dio.
Desde entonces, se cree el más guapo de la función;
y sin cortarse un pelo, cual reyezuelo tiranuelo,
manda con decreto tras decreto, en este reino,
con derecho a pernada, día tras día, de la nación.
Al rey ningunea, y desprecia al pueblo;
a los separatistas engaña, y manipula
a unas Cortes estúpidas y sometidas.
Y vuelve a ganar con “Ciudadanos” lelos,
una laboral reforma, con descarada felonía,
y un solo voto, en Cortes arrodilladas, rendidas.