"Un funeral es un honor que yo nunca niego a mi enemigo". El cínico aforismo de los ingleses viene al pelo con la muerte del expresidente de Chile, Sebastián Piñera, en un accidente de helicóptero.
Vaya por delante que no me gustaba Sebastián Piñera. No era un liberal sino un capitalista, que no es lo mismo. Tampoco era un provida sin complejos ni un enemigo de la ideología de género. Sólo era un partidario del libre mercado, un capitalista. A mí eso no me basta.
Y tampoco creo que Gabriel Boric, actual presidente de Chile por la izquierda, sea un cínico, aunque esté haciendo ese papel ahora mismo. No, sólo pienso que es un progre con una macedonia mental similar a la de su primera admiradora en España: Irene Montero.
Pero hombre, tras hacerse con el poder, tras años de violencia en las calles contra el gobierno legal de Sebastián Piñera, darse ahora golpes de pecho y decretar tres días de luto oficial y funerales de Estado... pues me llama la atención.