Magna y televisada Conferencia de presidentes autonómicos celebrada en Salamanca, para mayor lucimiento de Pedro Sánchez. El presidente del Gobierno ha utilizado al Rey Felipe VI para que acudieran todos los presidentes regionales y naturalmente faltó Pere Aragonés, quien, para mayor grosería, se fue a Ginebra a ver a la prófuga, con perdón, Marta Rovira. Mismamente el día en que el Parlamento europeo retiraba la inmunidad a los otros prófugos, los de Bruselas, encabezado por Puigdemont.

Pero una cosa es la España oficial, la que vemos por televisión, y otra bien distinta la España real. La España oficial del viernes en Salamanca, consistió en Pedro Sánchez diciendo que, después de la recesión viene la recuperación. No ha venido todavía pero eso le importa poco, lo que le importa a Don Pedro son las frases redondas.

La España real, también en Salamanca fue la que recibió con aplausos al Rey Felipe VI (yo no sé si le aplaudiría la verdad), y con vítores a Isabel Díaz Ayuso un fenómeno de nuestro tiempo político. Y claro, con abucheos e insultos a Pedro Sánchez. 

El Rey hizo acto de aparición y luego se retiró para dejar que los profundos estadistas allí presentes arreglaran el mundo en unas horas y luego nos contaran las cámaras de televisión cómo habían arreglado el mundo.  

Por supuesto, la reunión no sirvió para nada: ni para que sean los autonomías quienes repartan el dinero de Europa (¡ni de broma!), ni para abordar la financiación autonómica ni para lo que realmente debería servir: para reducir al mínimo un Estado autonómico elefantiásico que ha creado una burocracia masiva e innecesaria.

Las ansias autonómicas sólo anidan en Cataluña, Euskadi y Galicia, aquellas regiones que tienen lengua propia. Pues bien, a lo mejor, en lugar de una mayor descentralización debemos caminar hacia una mayor centralización. O si lo prefieren, a sustituir a las autonomías por los ayuntamientos, que también es descentralización.

La reunión de Salamanca ha servido para poco. Bueno, para abuchear a Sánchez, que ya es algo. Pero eso no nos lo enseña RTVE.

Por cierto, añadan otra aclaración Ayuso: el reto demográfico consiste en que la gente no tiene hijos. ¡BIen! Con un poco de suerte me sé yo de alguno que se lo aprenderá. En efecto, consiste en que no tenemos hijos... por lo que hay que ayudar a la mujer a que tenga hijos. Por cierto, que Ayuso ha entrado por ese camino pero sus ayudas son bastante ratas. Eso sí: las del Estado son inxistentes.