"Te van a leer la cartilla". El viejo dicho se refiere a la cartilla de la Guardia Civil, que redactara el Duque de Ahumada donde se leen cosas tales como que el honor es la divisa de la Guardia, algo tan relevante que cuando se pierde, ya nunca se recupera. Nunca jamás.
Lunes 20 de junio. El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, uno de nuestros peores ciudadanos, y la directora general de la Guardia Civil, María Gámez, uno de los socialistas más sectarios de los que tengo noticia, asisten a la entrega de despachos de los nuevos agentes. Entran ambas autoridades y comienzan los silbidos de familiares y amigos de los nuevos guardias, mientras desde megafonía se ruega respeten a las autoridades. Al parecer, a los próximos a la Guardia Civil, y cabe sospechar que a los propios miembros del Cuerpo, no les caen simpáticos ni el ministro ni la directora general. Pero como los progres dominan esto de la propaganda, el maestro de ceremonias evita citar, cuando menos, los nombres malditos, incluido cuando el señor ministro se dispone a revisar a las tropas. Luego Marlaska, en su discurso, cita la Cartilla del Duque de Ahumada, uno de sus personajes históricos favoritos, y, para concluir, exhala un grito de lo más progresista: "Viva España! ¡Viva el Rey!". Y claro, el público no silbó y respondió con una par de vivas entusiastas, 'comme il faut'.
Y a pesar de su éxito el señor ministro y la señora directora general del Cuerpo deberían reflexionar en por qué los números de la fidelísima Guardia Civil, siempre obediente a las órdenes de la superioridad, les tienen tanta manía.
Además de porque son unos fachas de tomo y lomo, naturalmente, naturalmente, naturalmente.